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Writer's pictureWinston Williams

EN LA IGLESIA NO EXISTEN LOS MUROS

Updated: Sep 6, 2019



Hace aproximadamente dos semanas concluyó el cierre parcial del gobierno más largo en la historia de Estados Unidos de América. La causa del cierre: un desacuerdo en cuanto a la necesidad de invertir en la construcción de un muro en la frontera sur del país. Aunque la necesidad de un muro físico que proteja a un país es un asunto debatible, lo que no es tema de debate es que en la iglesia del Señor no existe lugar para los muros sociales, económicos, étnicos o raciales. Desafortunadamente, en siglos pasados esta verdad fue pervertida por algunos que nos precedieron. Este hecho lamentable dejó un estigma del cual a las generaciones siguientes de creyentes nos ha sido difícil desligarnos. La segregación racial que todavía existe en algunas congregaciones es un pecado del cual debemos arrepentirnos.


Un Problema de Antaño


Las barreras que los seres humanos erigimos para separarnos los unos de los otros no es un problema reciente. En tiempos del Nuevo Testamento el etnocentrismo en el pueblo de Israel era muy elevado por ser ellos “el pueblo escogido de Dios.” En el templo de Jerusalén había un muro literal que separaba el atrio de los gentiles (personas que no eran judías) de los atrios interiores. Este muro simbolizaba a la vez una separación cultural, social y religiosa entre judíos y gentiles. Esta sima cultural fue un reto grande para la iglesia del primer siglo, cuya misión era testificar de Cristo no solamente a judíos en Jerusalén y en toda Judea, sino a gentiles en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8). Así fue como el evangelio llegó al Nuevo Mundo.


Las Buenas Nuevas


¿Por qué decimos que en la iglesia no debe haber lugar para los muros sociales, económicos, étnicos o raciales? En su carta a los efesios, el apóstol Pablo escribió lo siguiente con respecto a la obra de Cristo en la cruz: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades” (Efesios 2:14-16, énfasis añadido). El evangelio de la paz derriba la barrera entre Dios y los hombres. Pero al mismo tiempo, también derriba las barreras que dividen a los seres humanos al crear “un solo y nuevo hombre” en Cristo Jesús.


Las buenas nuevas anuncian que para los que están en Cristo “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28). A los colosenses Pablo les declara las buenas noticias que en este nuevo hombre ya “no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni excita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos” (Colosenses 3:11). Norteamericanos, Centroamericanos, Sudamericanos y Caribeños, ¡todos somos uno en Cristo Jesús! ¡Él ha derribado en su carne las barreras que nos separaban!


Esperanza para el Futuro


La iglesia militante tiene las primicias de lo que será una realidad futura y eterna. En el cielo no existirá distinción entre los redimidos. En la visión del apóstol Juan en Apocalipsis 7:9-10, esto fue lo que vio: “Después de esto miré, y ha aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.” Evidentemente, por cuanto el Cordero derribó en la cruz la pared intermedia de separación, en la revelación que se le dio a Juan había personas de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas. En la iglesia del Señor no existe lugar para los muros sociales, económicos, étnicos o raciales. ¡Gloria sea a Su nombre! Estas son buenas nuevas que debemos proclamar a una sociedad altamente polarizada.


Es mi oración que este recurso estimule tus afectos por la Palabra de Dios, sea de edificación para tu alma, te ancle en el conocimiento de la verdad y redunde en tu crecimiento espiritual. Hasta la próxima.


En Cristo,


Winston Williams

Iglesia Biblica Vida Real.

Pembroke Pines, Florida

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